Keep It Simple, Stupid: Menos es más y exceso de ingeniería
¿Quién sabe utilizar todos los botones del control remoto? Yo no. Y es que en el mundo de la ingeniería, a menudo se asocia el éxito de un diseño con la complejidad o la innovación tecnológica que este incorpora.
Emilio Alvarado Perez
10/2/20242 min read


imagen TOMADA de Wikipedia
¿Quién sabe utilizar todos los botones del control remoto? Yo no. Y es que en el mundo de la ingeniería, a menudo se asocia el éxito de un diseño con la complejidad o la innovación tecnológica que este incorpora. En esos momentos de despliegue creativo, los ingenieros gustamos de hacer gala de todo lo que podríamos hacer, pero no recordamos que la experiencia de usuario es la que realmente necesita ser satisfecha.
La simplicidad en el diseño la tuvo bastante presente Steve Jobs, y creo que fue clave del éxito de sus productos. Así que mantener un enfoque simple no solo evita problemas futuros, sino que también optimiza el costo, el tiempo y la funcionalidad.
Veamos por qué este concepto es importante y cómo puede influir en un diseño exitoso y uno problemático.
1. Evitar funciones innecesarias
Uno de los errores más comunes en los diseños complejos es la incorporación de funciones que, en la práctica, no se utilizan. Lo he hecho (confieso que he pecado): botones, aplicaciones, estadísticas, indicadores, respaldos, colores, etc. Muchos elementos que nadie pidió y que fueron añadidos porque “podrían servir”. Estos elementos extra no solo añaden un costo adicional al proyecto, sino que también complican el proceso de fabricación, instalación, operación y mantenimiento. Mantener un diseño simple significa enfocarse en lo que realmente necesita el cliente o usuario final. Las funciones no esenciales deben ser eliminadas o reducidas al mínimo para evitar la sobreingeniería.
2. Reducción de costos
Cada componente adicional en un diseño no solo aumenta el costo inicial de desarrollo, sino que también incrementa los costos de producción, mantenimiento y potencialmente de reparación. Minimizar los desperdicios para reducir los costos operativos. Esta estrategia también facilita la fabricación y la integración, generando igualmente una reducción en los plazos.
3. Minimización de problemas futuros y enchapado en oro
Las características adicionales inyectan riesgos innecesarios al proyecto, crean un costo extra al proyecto y el exceso de complejidad va a generar puntos de fallo adicionales. Cuanto más complicado sea un sistema, más probable será que ocurra un problema técnico, especialmente a largo plazo. La simplicidad ayuda a evitar estos problemas futuros, garantizando que el diseño sea más fácil de entender, operar y mantener. Si podemos mantener un enfoque simple y directo, mucho mejor.
4. Mejora en la eficiencia operativa
Un diseño simple facilita la capacitación del personal, ya que las instrucciones de operación y mantenimiento son más sencillas de comprender y ejecutar, favoreciendo la agilidad. Esto es especialmente importante en industrias donde el tiempo es crítico, como la manufactura, la construcción y la tecnología.
¿Como podemos discernir entre lo innecesario y la sana innovación?
Si bien es cierto que generar productos nuevos desafía el status quo, es bueno echarle una mirada al modelo de Kano para ver si no estamos incurriendo en sobreingeniería. Todo en su debida proporción es recomendable.
¿Cuál entonces es la diferencia entre un remedio y un veneno? Pues la dosis.
La simplicidad no es en absoluto sinónimo de falta de innovación o creatividad. Al contrario, va a requerir un enfoque preciso y un entendimiento profundo de las necesidades reales del proyecto. Asi brindamos soluciones de calidad a problemas reales.
Recuerda: KISS en tus diseños y proyectos.
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