Dirigiendo proyectos en solitario: David vs Goliat

La gran cantidad de los cursos de proyectos que he presenciado (diplomados, certificaciones, bootcamps, etc.) suelen generar un grueso contenido nutrido de técnicas, metodologías y procedimientos que, de aplicarlos todos, tendrás tus procesos de gestión bajo excepcional control, en un orden impecable y como Project Manager necesitarás mayormente comunicar y coordinar. Y sonreir mucho.

Todo esto está súper bien, para grandes inversiones con un sólido equipo constituido de varias personas y un presupuesto generoso.

Pero, ¿que pasa cuando el PM, equipo, coordinador y líder técnico 𝗲𝗿𝗲𝘀 𝘁𝘂́ 𝗺𝗶𝘀𝗺𝗼? ¿Cuando se te asigna una tarea y, a lo sumo, te desean buena suerte para luego dejarte solo?

¿Cuando el presupuesto no permite contratar gente, o excepcionalmente, se te permite incorporar un estudiante en práctica por algunos pocos meses?

Esta realidad me ha tocado vivirla en mas de una ocasión, así que comparto algunos tips para salir airosos y no morir en el intento:

Tú eres capaz de lograrlo

𝗚𝗲𝗻𝗲𝗿𝗮 𝘂𝗻 𝗔𝗰𝘁𝗮 𝗱𝗲 𝗣𝗿𝗼𝘆𝗲𝗰𝘁𝗼: Si no te han entregado este documento, conócelo, domínalo y guía tus esfuerzos según lo que tenga escrito. Guíate por los beneficios buscados. Al redactarse, logras reducir expectativas y aterrizas las ideas de una manera bastante sólida. 𝗡𝗼 𝘁𝗲 𝗽𝘂𝗲𝗱𝗲 𝗳𝗮𝗹𝘁𝗮𝗿 𝗲𝗹 𝗮𝗰𝘁𝗮 𝗱𝗲𝗻𝘁𝗿𝗼 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗱𝗼𝗰𝘂𝗺𝗲𝗻𝘁𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻.

𝗢𝗿𝗱𝗲𝗻, 𝗼𝗿𝗱𝗲𝗻 𝘆 𝗺𝗮́𝘀 𝗼𝗿𝗱𝗲𝗻: Toda la información necesitas tenerla accesible y de manera rápida. Su Majestad el Orden te concederá su Gracia mediante el ahorro de tiempo, el cual ten certeza será escaso. No permitas que el caos consuma a tus labores ni añada dificultades a la ya dificil tarea que tienes en tus manos. Genera una organización lógica de carpetas digitales, controla versiones y ten acceso a la última información disponible en el menor tiempo posible. Yo utilizo una simple planilla Excel con hipervínculos.

𝗣𝗿𝗶𝗼𝗿𝗶𝘇𝗮: Esto es más fácil decirlo que hacerlo, pero la verdad es que toda actividad ajena a la obtención del beneficio necesita quedar atrás. Si bien se requieren respuestas políticas cuando se te impongan cargas administrativas porque el liderazgo necesita X cosa, normalmente estas urgencias suelen ser de carácter caprichoso y no son prioridades genuinas. Nunca digas que “no”, pero siempre haz lo que realmente necesites hacer. 𝗖𝗼𝗻𝗼𝗰𝗲 𝘁𝘂 𝗲𝗻𝘁𝗼𝗿𝗻𝗼 𝘆 𝗮 𝘁𝘂𝘀 𝘀𝘁𝗮𝗸𝗲𝗵𝗼𝗹𝗱𝗲𝗿𝘀.

𝗖𝗼𝗺𝘂𝗻𝗶𝗰𝗮: Comunicar no es mandar correos. 𝗖𝗼𝗺𝘂𝗻𝗶𝗰𝗮𝗿 𝘀𝗶𝗴𝗻𝗶𝗳𝗶𝗰𝗮 𝗲𝘀𝘁𝗿𝗲𝗰𝗵𝗮𝗿 𝗹𝗮𝘇𝗼𝘀 𝘆 𝘀𝗲𝗿 𝘁𝗿𝗮𝗻𝘀𝗽𝗮𝗿𝗲𝗻𝘁𝗲, 𝘀𝗶𝗲𝗺𝗽𝗿𝗲. La transparencia genera confianza y la confianza se gana con el tiempo. Demuestra ser abierto, comunica lo bueno y también lo malo con la mayor prontitud posible. Ten por claro que, la información a emitir siempre necesita ser verificada y trazable. A los rumores es mejor tratarlos como riesgos.

𝗔𝘁𝗲𝗻𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗮 𝗹𝗼𝘀 𝘀𝘁𝗮𝗸𝗲𝗵𝗼𝗹𝗱𝗲𝗿𝘀, en línea con el tip anterior, revisa sus necesidades, sus ideas y 𝗴𝗲𝗻𝗲𝗿𝗮 𝗮𝗹𝗶𝗮𝗱𝗼𝘀. Convierte a los detractores en expectadores. Gestionalos e influye para que te ayuden en tus labores y tu proyecto salga a la luz. Esta ayuda puede materializarse en algún tiempo extra sin presiones, te remuevan algún obstáculo, apoyo de otro colega o préstamo de alguna instalación. Todo sirve. Be nice.

𝗘𝘀𝘁𝘂𝗱𝗶𝗮. Estudia sobre Project Management. Aprende algo nuevo cada día. Sé mejor cada día. Domina las mejores prácticas y aplica el concepto de adaptación o “tailoring”. Así sabrás cuales cosas puedes aplicar y cuales sencillamente no puedes. Porque no podrás hacer todo. Y también, no siempre vas a estar trabajando en un entorno solitario.

Si bien existen muchos otros tips adicionales, el 𝗺𝗮𝗻𝗲𝗷𝗼 𝗱𝗲 𝗽𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝘀 𝘆 𝗹𝗮 𝗶𝗻𝘁𝗲𝗿𝗮𝗰𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗰𝗼𝗻 𝗲𝗹𝗹𝗼𝘀 es trascendental para que tu proyecto cobre vida. No es una tarea sencilla, pero una pequeña pedrada, lanzada en el lugar correcto y momento correcto, logrará derribar al temible gigante de la incertidumbre y la desconfianza. ¡Éxito en tus proyectos!